“Perdí mi brazo y sigo siendo parte del fútbol”
jueves, 8 de febrero de 2018
Resumen del artículo
El amor por el fútbol ayudó al joven serbio Ljubomir Moravac en su recuperación tras un trágico accidente que terminó su carrera como portero. Pero ha encontrado un nuevo camino como árbitro.
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Cuerpo del artículo
Cada mes, como parte de su campaña #EqualGame, la UEFA se centra en un jugador de una de sus 55 federaciones miembro. Esta persona será un ejemplo de cómo el fútbol promueve la inclusión, el acceso y la diversidad; su historia ejemplificará cómo la discapacidad, la religión, la sexualidad, la etnia y los antecedentes sociales no son barreras para jugar y disfrutar del fútbol.
Para Ljubomir Moravac, el fútbol ha sido una inmensa fuerza de curación que le ha ayudado a lidiar con las secuelas de la tragedia.
El serbio, de 21 años de edad, comenzaba su carrera como portero en el club esloveno NK Maribor cuando se vio implicado en accidente de carretera en 2016 que le costó la vida a dos compañeros de equipo, y lo dejó con parte de su el brazo izquierdo amputado.
Su espíritu podría haberse derrumbado, pero nada de eso ocurrió. Valor, orgullo, una actitud positiva y, sobre todo, su gran amor por el fútbol han sido elementos cruciales en el camino de Ljubo hacia la recuperación. Los brazos acogedores del fútbol le han brindado una particular esperanza, consuelo, y la fortaleza para recuperarse y seguir adelante. Ahora está formándose para ser árbitro, y ha encontrado un nuevo lugar en el deporte que ama.
Ljubo, originario de Niš, comenzó a jugar con una pelota a la edad de cinco años. Creció en una familia con raíces futbolísticas, ya que su padre y su tío eran jugadores entusiastas, mientras que su hermano mayor, Ranko, un centrocampista, jugaba en el fútbol juvenil serbio. "El fútbol siempre estuvo presente en mi vida", dice.
Inspirado por su tío portero, Ljubo demostró tener maneras bajo los palos. A los 16 años, se mudó con su padre, un ojeador de jugadores, y Ranko a la ciudad eslovena de Maribor. Finalmente se unió al club local, el NK Maribor, donde Ranko ya había firmado un contrato profesional, y comenzó a figurar en los equipos juveniles del club. Los dos hermanos pasaron un tiempo como compañeros de equipo en el filial, y Ljubo estaba ansioso por imitar el progreso de Ranko.
En la temporada 2014/15, Ljubo era miembro de la plantilla del Maribor que jugó en la fase de grupos de la UEFA Youth League. Disfrutó viajando a Inglaterra, Portugal y Alemania, donde el Maribor se enfrentó al Chelsea, al Sporting Clube de Portugal y al Schalke 04, y alimentó un sueño primordial: llegar a ser portero profesional.
"Cuando terminé la escuela secundaria, decidí enfocarme solo en el fútbol. Dediqué todo mi tiempo al fútbol, y traté de ganarme la vida con él. Este fue mi mayor deseo".
Pero el 2 de agosto de 2016, su joven vida se puso patas arriba. "Me desperté listo para entrenar y desayuné. Fui a entrenar, todos nos reímos en el camerino, todo fue positivo y normal. Otro un día normal...", señala.
Después del entrenamiento, Ljubo y tres de sus compañeros de equipo, el delantero Zoran Baljak, el lateral Damjan Marjanović y el defensa Žiga Lipušček partieron en un automóvil desde el centro de entrenamiento del club. Poco después, el automóvil colisionó con un semáforo.
Zoran y Damjan murieron en la escena del accidente, y Žiga sufrió heridas leves. Ljubo salió despedido del coche. Fue llevado inconsciente al hospital y pasó varios días en coma. Su brazo izquierdo estaba tan gravemente lesionado que los médicos decidieron que la amputación de una parte del brazo era necesaria.
El mundo de Ljubo había cambiado dramáticamente, pero entonces emergió un optimismo natural. "Necesitaba adaptarme a esta nueva vida. No es tan difícil como algunas personas piensan. Simplemente necesitas ser lo suficientemente fuerte”, añadió.
Rodeado de su familia, se negó a sentir lástima de sí mismo. "Pensé para mis adentros que todavía tenía mi vida por delante y la posibilidad de crear algo en mi vida".
El fútbol siempre tuvo un papel clave en la recuperación de Ljubo. "Me hizo pensar de una manera determinada. Como deportista siempre he querido superarme". Compara sus ganas de recuperación tras el accidente con un partido que tiene que ganar.
Siempre se acuerda del trato que recibió del NK Maribor en sus peores momentos. "El club es como mi segunda familia. Siempre estuvieron a mi lado, intentando ayudarme. Mis amigos también estaban a mi lado, y eso no tiene precio", dijo.
Después de las dudas iniciales, Ljubo decidió que quería seguir en el fútbol de alguna manera. "Si vives por y para el fútbol, este deporte te ayudará en cualquier momento", explica. El Maribor le aconsejó que se formará para ser árbitro y ahí se abrió un nuevo camino.
Ha estado cogiendo experiencia en los últimos meses, sobre todo arbitrando partidos de niños. El nuevo reto le está llenando de energía. "Después del accidente no veía cómo iba a poder seguir con el fútbol. Creí que iba a ser el final de mi carrera futbolística. Pero he encontrado una manera para volver", reconoce.
“Es una nueva época para mí. Ya no soy jugador, ahora soy árbitro. Mi intención es seguir por este camino".
La determinación a tener éxito es un punto muy fuerte de Ljubo. "Quiero seguir experimentando más y conseguir todo lo posible en mi vida. Creo que soy capaz de tener éxito. Sobreviví el accidente y eso es un privilegio que te obliga a pensar de manera positiva", cuenta.
Ljubo apoya completamente los valores de la campaña de la UEFA #EqualGame. "Creo que cualquiera puede formar parte del fútbol. Da igual quién eres. Perdí mi brazo y sigo siendo parte del fútbol. Creo que este deporte está abierto para todos", insiste.