El nuevo formato de la Champions League comienza con buen pie
miércoles, 28 de mayo de 2025
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Más dinámica, más imprevisible y más competiciones de alto nivel: la renovación de la Champions League ha cumplido su promesa de vigorizar la principal competición de clubes de Europa.
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A punto de concluir la primera temporada de la Champions League desde la remodelación más radical de la competición en 25 años, es hora de hacer balance del impacto del nuevo formato.
Los cambios más importantes fueron la sustitución de la fase de grupos por una nueva fase liga única con 36 clubes y la introducción de play-offs eliminatorios para alcanzar los octavos de final.
¿El objetivo? Mayor competitividad, enfrentamientos más frecuentes entre los mejores clubes de Europa y más partidos de alto nivel desde el primer día, en los que cada partido y cada gol cuentan.
Una noche final para morderse las uñas
Tras seis años de planificación, pruebas y consultas con las distintas partes interesadas, el nuevo formato ha dado sus frutos.
Eso quedó más claro que nunca en la frenética última noche de la fase liga en enero, cuando los partidos de los 36 equipos comenzaron simultáneamente con todo por decidir. La acción fue impresionante, apasionante y muy divertida.
Y no sólo para los aficionados. En Villa Park, los jugadores del Aston Villa se apiñaron alrededor de un teléfono tras su victoria por 4-2 contra el Celtic, esperando a que llegaran los demás resultados. La euforia que se reflejó en sus rostros cuando se confirmó que habían sellado su clasificación entre los ocho primeros y su pase a octavos demostró lo que significaba.
Al otro lado de la mesa también había una intriga que ponía los pelos de punta, el Manchester City, campeón de Europa en 2022/23, tuvo que remontar ante el Club Brugge para meterse en los play-offs eliminatorios. La decisión de modificar el formato de la competición se vio plenamente justificada por estos momentos de tensión.
"No puedo ocultar que semejante desafío nos despertó muchas veces en mitad de la noche. Ya podemos ver cómo el nuevo formato ha revitalizado nuestras competiciones e incluso ha mejorado su calidad".
Gran parte de esa nueva energía se debió a la fluidez de la fase liga, en la que los equipos subían o bajaban de posición prácticamente con cada gol marcado. En total, 35 de los 36 equipos cambiaron su posición en la liga al menos una vez en la octava jornada.
"Buscábamos un formato más flexible", explica Marchetti. "La prioridad era tener algo que pudiera romper los patrones establecidos desde hace tiempo y hacer que la competición fuera emocionante y dramática en cada fase hasta el partido final".
Más variedad, más emoción
La mayor variedad de partidos en el nuevo formato dio a los aspirantes en la fase liga más oportunidades de ganar puntos.
En la antigua fase de grupos, en la que los equipos se enfrentaban entre sí dos veces, había un total de 48 enfrentamientos distintos; con la nueva fase liga, cada equipo juega contra ocho rivales diferentes, lo que suma un total de 144 encuentros únicos.
Esto dio a los clubes más pequeños más oportunidades de acaparar la atención. El recién llegado Brest francés, por ejemplo, causó sensación en su espectacular primera temporada en Europa, consiguiendo un puesto en la ronda eliminatoria que pocos esperaban.
"El calendario de la nueva fase liga parece mucho menos rutinario, lo que favorece los choques y las sorpresas en cada jornada", señala Marchetti, aunque no sólo eso.
También es significativo el aumento de los partidos importantes entre equipos poderosos, incluidas las reediciones de cuatro de las últimas cinco finales de la Champions League, antes incluso de que empezara la fase eliminatoria.
Estos duelos de pesos pesados continuaron en las eliminatorias, con el Real Madrid, 15 veces campeón de Europa, enfrentándose por segunda temporada consecutiva al Manchester City, defensor del título de la Premier League. Un derbi de la capital española entre el Madrid y el Atlético de Madrid y un duelo entre el Liverpool y el Paris Saint-Germain acapararon la atención en octavos de final.
Perforando la red
El nuevo formato también ha traído consigo un aumento del número de goles.
Antes de esta campaña, la fase de grupos de la Champions League más goleadora había arrojado una media de 3,21 goles por partido (2019/20). La fase liga de esta temporada superó esa cifra con 3,26 por encuentro, incluido el primer 4-5 de la historia de la competición, cuando el Barcelona se impuso en un clásico a domicilio al Benfica.
El aluvión de goles coincidió con un aumento del equilibrio competitivo. "Buscábamos algo que pudiera aumentar la competitividad y la imprevisibilidad", afirma Marchetti, cuyas esperanzas se hicieron realidad durante la fase liga.
El hecho de que los equipos pudieran enfrentarse a rivales del mismo grupo de cabezas de serie contribuyó a igualar las fuerzas, ya que los equipos peor clasificados mejoraron su promedio de puntos hasta aproximadamente 1 por partido, frente a los 0,7 de media de las campañas de la fase de grupos de 2021-24.
Estas y otras cifras llevan a la misma conclusión: el nuevo formato ya está cumpliendo sus ambiciosos objetivos, lo que hace que clubes, jugadores, aficionados y socios comerciales se sientan optimistas de cara al futuro.
"Estamos convencidos de que será un éxito rotundo que eclipsará todo lo conseguido en el pasado", afirma Marchetti. "Este formato ha llegado para quedarse".
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