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Recuerdos de la final de Wembley

El Barcelona conquistó su primera Copa de Europa ante la Sampdoria en 1992. Dos de los protagonistas de dicho encuentro, y un espectador de lujo nos cuentan sus memorias de aquella noche.

Recuerdos de la final de Wembley
Recuerdos de la final de Wembley ©UEFA.com

Tanto el FC Barcelona como la UC Sampdoria habían deleitado a sus seguidores con su emocionante fútbol ofensivo durante aquella temporada, aunque la final no fue el encuentro de alto perfil que muchos habían anticipado. En su lugar, se vivió un apasionante duelo táctico entre Johan Cruyff y su homólogo Vujadin Boskov ante una cautivada afición que abarrotaba el estadio. Gianluca Vialli y Roberto Mancini tuvieron problemas para crear peligro en el equipo italiano, mientras que Michael Laudrup y Hristo Stoichkov se vieron frustrados por Gianluca Pagliuca.

Sería necesario algo especial para separar a dos equipos estelares, y Ronald Koeman lo cumplió debidamente con su excelente lanzamiento de falta en la prórroga. Para Vialli, quien también había estado en el bando perdedor ante el conjunto catalán en la Recopa de la UEFA tres años antes, sería su último partido con la Sampdoria. El delantero habla con UEFA.com sobre su decepción, mientras que Cruyff y el antiguo delantero del Barcelona Gary Lineker también miran atrás hacia una noche emocionante.

Gianluca Vialli
Fue nuestra primera final de la Copa de Europa, aunque ya habíamos adquirido una gran experiencia tras haber disputado dos finales en la Recopa de la UEFA, ganando una y perdiendo la otra ante el Barcelona. Sabíamos que éramos al menos tan fuertes como todos nuestros oponentes, y era una sensación agradable. Habíamos superado las dos rondas de clasificación con bastante comodidad. La final fue el momento cumbre de diez años de duro trabajo. Era la recompensa por el gran trabajo que habíamos hecho, así como por el entusiasmo y la profesionalidad que habíamos demostrado.

A nivel personal el reto de jugar la final en Wembley fue bastante difícil. Habíamos jugado un partido importante de la liga frente a la Fiorentina el sábado, y realmente no tuvimos demasiado tiempo para prepararnos para la final. También había rumores de que iba a fichar por la Juventus. Estaba tratando de concentrarme en el partido, pero estaba un poco distraído por todo lo que estaba pasando. Cambiar de club fue un paso importante en mi carrera. En cuanto al encuentro en sí, empecé a tener calambres y fui sustituido unos minutos antes del final. En realidad no estaba en mi mejor momento.

Esa final se quedará en mi memoria por mucho tiempo, porque era mi último partido con la Sampdoria. Tuve tres oportunidades muy buenas para marcar y puede haber estado más acertado. Tuve mala suerte en la primera, y más tarde Andoni Zubizarreta realizó una estupenda parada, pero debí haberme mostrado más frío en mi tercera ocasión. Pero así es como son las cosas. Con un poco más de suerte la historia podría haber sido diferente, pero nos enfrentábamos a un rival fantástico.

Wembley era un estadio antiguo y repleto de historia y tradición. Ya había jugado allí antes con la Sampdoria y con la selección nacional por lo que no era algo nuevo para mí. Pero realmente sientes la historia y la tradición.

Johan Cruyff
Una vez más, mi experiencia como jugador y como entrenador me ayudó. Cuando sabes qué es lo que fue mal la primera vez, entonces sabes por qué perdiste. También sabes qué se hizo bien las tres veces que ganaste. No todo el mundo tiene esta experiencia. Así que cuando tienes esa experiencia puedes aplicarla según te interese, especialmente cuando eres entrenador, porque de jugador piensas en ti al 99%. Pero como entrenador es diferente, porque ellos están jugando y tú no. Eso es lo que más me gustaba de ser entrenador: trabajar para que la gente hiciese lo que tenía que hacer.

Gary Lineker
Bueno, yo estaba en ese partido, fui a verlo. Obviamente, había dejado de jugar en el Barcelona pocos años antes, así que deseaba que ganaran la final. Y creo que se lo merecieron. Me acuerdo que fue Koeman el que anotó el gol de la victoria. Fue un momento muy emocionante, en un ambiente genial, como siempre era en Wembley, y así sigue siendo.

Gianluca Vialli
Boškov era un técnico excepcional y una persona muy especial. Era mi entrenador pero también era como un padre y un amigo, alguien con el que me sentía muy cómodo. Hablábamos de fútbol pero también de otras muchas cosas. Es muy astuto, un poco como Mourinho hace dos años, y es un experto en utilizar la psicología para dar moral a su equipo. Hay gente de dice que Mancini y yo uníamos al equipo, pero en realidad era Boškov. Justo antes de la final, Mancini y yo fuimos a hablar con él para darle algún consejo táctico. Como siempre dijo 'sí, sí, sí', luego se dio la vuelta e hizo lo que quiso.

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