El mejor tridente, en el mejor escenario

A falta de la gran cita de este sábado en la UEFA Champions League, el tridente azulgrana de Lionel Messi - Luis Suárez - Neymar ya ha hecho historia. Y no sólo por los títulos ya conquistados, sino por su inigualable producción goleadora. Estos tres gigantes se han combinado para anotar 120 goles entre todas las competiciones de la presente temporada, más que nadie en la historia del fútbol. Un guarismo impresionante cuyo mérito no sólo recae en estos tres futbolistas de indudable calidad, sino también en un cuerpo técnico que les encontró acomodo.

Lionel Messi (58 goles)
Principio y final del Barcelona, futbolista que agota calificativos y convierte los milagros en cotidianos. El argentino ha regresado en su mejor versión tras la disputa de la última Copa Mundial de la FIFA. Sus 43 goles en Liga y diez en la UEFA Champions League no alcanzan a reflejar su condición de jugador total. Tras años como falso 9 y con plena libertad de movimientos, Messi ha vuelto a sus orígenes.

El argentino parte desde el costado derecho, donde los rivales sufren para descifrar sus intenciones. Puede salir por dentro y comenzar su clásico eslalon, o colocar una de sus grandes innovaciones esta campaña: el pase roscado al desmarque de Neymar en banda izquierda. El rival duda para detener su torrente de juego. La marca al hombre, como quedó patente este sábado en la final de la Copa del Rey, no parece la mejor opción.

Neymar (38 goles)
Tras una campaña de adaptación, Neymar ha sacado su versión más goleadora, la más integrada en el juego colectivo. Lo que no ha cambiado es su asociación con Messi. Ambos se buscan constantemente, incluso cuando la jugada pide a gritos la finalización. El brasileño, autor de nueve goles en la UEFA Champions League, se aprovecha a la perfección del poder atracción de Messi. El argentino atrae en la derecha y Neymar mata en la izquierda.

En cambio, si el esférico camina por la izquierda, la capacidad de desborde de Neymar hace el resto. Su técnica y calidad le permiten deshacerse de su marcador y generar superioridad en ataque, bien a través de los delanteros, bien con la llegada en segunda línea de Ivan Rakitić o Andrés Iniesta, incluso con Jordi Alba percutiendo en busca de la línea de fondo.

Luis Suárez (24 goles)
'Killer' de área mutado a asistente de lujo. Pocos jugadores transmiten mejor la generosidad y el 'buen rollo' del equipo que Luis Suárez. Y casi ninguno hace un trabajo tan oscuro. El uruguayo ejerce de boya del equipo, descarga el juego y genera espacios para los Messi y compañía. Los rivales no saben qué hacer. Si le atacan en corto, Messi y Neymar deciden. Si le dan espacios, sentencia. Más incluso cuando se trata de un jugador que vive permanentemente al límite del fuera de juego.

Ante la magia de Neymar, el charrúa aporta garra, esfuerzo en la capacidad de presión, una insaciable hambre competitiva. Su integración en el equipo, una vez superada la sanción, permitió al equipo dar el salto de calidad que le ha colocado al borde un histórico 'triplete'. El uruguayo no sólo juega, también hace jugar.

Encaje táctico
El tridente mira pletórico a Berlín. Y gran parte del mérito recae sobre los hombros de Luis Enrique y su cuerpo técnico. Ellos fueron capaces de cambiar el chip del equipo desde aquella derrota ante la Real Sociedad de fútbol el 4 de enero. Ya no es el Barça de los centrocampistas que alcanzó su clímax con Pep Guardiola. Es el Barça de los delanteros. Agotada la fórmula del famoso 'tiki-taka', Luis Enrique reformuló el sistema para generar un contexto en el que los tres monstruos encuentran las condiciones para desarrollar lo mejor de su fútbol.

Este Barça de Luis Enrique ha sabido también gestionar el famoso 'plan B' que tanto tiempo llevaba reclamando el aficionado del Camp Nou. No sólo gana partidos (y se defiende) a través de la posesión, como lo ha hecho durante los últimos años. Ahora también cede la iniciativa, se repliega en defensa y mata a la contra saliendo en estampida con sus tres adelantados. Así es el Barça de Luis Enrique, el que mira a Berlín con el objetivo de hacer historia y levantar su quinta 'Orejona'.