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Pablo, el héroe 'ché'

Valencia CF - Club Brugge KV 3-0(Global: 3-1)
Dos goles del extremo en la prórroga eliminan a un Brujas de un gran Stijnen. El Bremen espera en octavos.

Pablo, el héroe 'ché'
Pablo, el héroe 'ché' ©UEFA.com

El Valencia CF se ha clasificado para los octavos de final de la UEFA Europa League tras derrotar al Club Brugge KV por 3-0 en el partido de vuelta de los dieciseisavos jugado en un abarrotado Mestalla. Tras el 1-0 en contra de la ida, Juan Mata, a los 30 segundos de partido, hizo el primero para un conjunto ché que se las prometía muy felices e hizo un gran partido, pero no contaba con un espectacular Stijn Stijnen, que desbarató una y otra vez todas las acometidas locales. Así se llegó a la prórroga, donde Pablo Hernández, que cuajó un gran partido, hizo los dos goles que daban el triunfo y la clasificación. Ahora espera el Werder Bremen.

Con las novedades de Rubén Baraja y Nikola Žigić y con una defensa formada por David Albelda de libre junto a Ángel Dealbert y Carlos Marchena, Unai Emery dejaba claro que las bajas le obligaban a experimentar. Pero todo da igual si en la primera jugada del partido, una buena combinación por la izquierda, la ponía Miguel para que Juan Mata, tras tocar un defensa del Brujas, hiciera el 1-0. La senda de la clasificación estaba más clara.

El gol tranquilizó mucho al Valencia, que comenzó a tocar ante un rival desarmado. En el 13', David Villa pudo hacer el segundo, pero su disparo salió rozando el palo de la portería de Stijn Stijnen. Sólo había un equipo sobre el terreno de juego y hasta en tres ocasiones, en pies de Mata, Pablo y Villa, tuvo el Valencia la posibilidad para hacer el segundo. El ‘guaje' estaba causando mucho peligro escorado a banda, dejando la punta para Nikola Žigić.

Tras otra ocasión fallada por Villa, llegó la mejor oportunidad para el Brujas al aprovechar Ivan Perišić un mal despeje de Albelda, pero su disparo, muy escorado, salió fuera. El Valencia necesitaba ya hacer el segundo, pero la suerte no acompañaba a un conjunto ché, que lo estaba bordando. El ritmo en la primera mitad fue bajando, lo que aprovechó el Brujas para asomarse por la portería de César Sánchez.

Con la entrada de Alexis Ruano por Baraja y la sensación de que la renta era corta se reanudaba el encuentro. El conjunto ché seguía a lo suyo y en el 50', tras la enésima buena combinación ofensiva local, esta vez fue Žigić el que pudo marcar. No había explicación a tantas ocasiones falladas. Aun menos para una oportunidad de Villa al poco, que tras marcharse de dos defensas, se encontró con Stijnen.

En el 56', Emery quemaba su última bala, dando entrada a Joaquín por un Žigić mucho menos participativo que sus compañeros en ataque. Mestalla se volcaba con su equipo. El partido estaba roto, con el Brujas empezando a dar señales de vida en ataque y un Valencia que salía a la contra con toda la facilidad que da el toque y la velocidad de sus delanteros. Mata y Pablo la volvieron a tener, pero ya el portero Stijnen se empezaba a apoderar del calificativo de sublime, mientras que el central Carl Hoefkens no le andaba a la zaga.

El partido podía caer para cualquier lado. Dorge Kouemaha y Perišić pudieron marcar tras sendos errores de Albelda y Éver Banega, pero César quería su parte de protagonismo en el encuentro. La siguiente la tuvo Joaquín, y por partida doble, pero como no, Stijnen despejaba a córner. La situación se repetía una y otra vez. Villa volvía a dispar, y ya iban muchas, de nuevo fuera. Era inexplicable como los ché no llevaban cuatro o cinco goles a favor. Ya en el descuento, de nuevo Villa, pero tras golpear en un defensa, el balón salía rozando el palo. Así se llegaba a la prórroga, y el Valencia dando sensación de estar muy cansado.

Al Valencia se le notaba más castigado que a su rival, pero estaba Pablo. Tuvo dos, en la primera se encontró con Stijnen, pero a la segunda no falló Mestalla estallaba con el 2-0. El conjunto ché estaba lanzado en busca del tercero, y Pablo y Banega la tuvieron, pero entre Stijnen y Hoefkens desbarataban todas las acometidas. En la segunda mitad de este tiempo extra tocaba aguantar. En la reanudación, con todo a favor, Mata mandaba incomprensiblemente el balón alto. Después, otra vez Joaquín, y otra vez Stijnen. Ahora tocaba sufrir, porque el Brujas quería morir en el área rival, aunque eran sólo intenciones, porque los hechos los ponía el Valencia. Pablo, tras una gran contra, hacía el tercero poniendo gran colofón al partido. Ahora toca el Werder Bremen en octavos.