Klopp devuelve la sonrisa al Dortmund

Jürgen Klopp, entrenador del Borussia Dortmund, nunca ha escondido sus emociones, y en la actualidad el técnico de 43 años tiene una sonrisa dibujada permanentemente en su boca.

Nadie esperaba que su joven y atrevido Dortmund fuera a ir a estas alturas líder de la Bundesliga con siete puntos de ventaja sobre su ex equipo, el 1. FSV Mainz 05, y con 14 puntos de ventaja sobre el vigente campeón, el FC Bayern München. Sin embargo su posición en la UEFA Europa League es menos cómoda, ya que es tercero en el Grupo J antes de su enfrentamiento en casa ante el FC Karpaty Lviv. Pese a ello se dice que el Dortmund y Klopp están hechos el uno para el otro.

Los aficionados de la región del club, la cuenca del Ruhr, tienen la reputación de ser los más apasionados de Alemania, y mientras Klopp destaca por ser un tranquilo analista viendo lo partidos por televisión, en los partidos del Dortmund se muestra tan animado como cualquier aficionado, corriendo de un lado para otro por la banda, gesticulando continuamente y uniéndose en ocasiones a las celebraciones de los goles.

Este carácter lo aplica enteramente en conservar su filosofía futbolística. Como él mismo explica: "Queremos jugar a tope, llegar hasta el límite". Mientras su equipo hace de esto su premisa fundamental, el único pero que se pone Klopp son sus "desagradables" altercados con la autoridad. "Lo siento, soy un idiota", comentó Klopp arrepentido tras un enfrentamiento reciente con un cuarto árbitro.

El ex delantero del Mainz ha dejado claro que su mentalidad es claramente ofensiva, algo que quedó patente tras la victoria por 0-4 frente al Hannover 96 el pasado 7 de noviembre. No le gustó nada ver como su equipo jugaba "temeroso, como un equipo visitante". Poco afectado por el marcador, añadió: "Tenemos muchos problemas. El equipo no escucha. Aún no sé si soy el hombre adecuado para este trabajo".

Sus jugadores tienen la seguridad de que si lo es. La relación de Klopp con su equipo ha sido muy estrecha, y no dudó en bromear cariñosamente con su portero Roman Weidenfeller, que con 30 años es el jugador más veterano de su once inicial. "Es un espectáculo terrible por las mañanas. Tenemos que arrastrarle y a veces hay que echarle agua", declaró Klopp.

El genial Klopp, además, ha demostrado en este tiempo altas dosis de inteligencia. En su primer verano en el club persuadió a los directivos para que contratasen al central Neven Subotić, procedente de su antiguo equipo, el Mainz, por 4,5 millones de euros y pasado este tiempo el bosnio es ya una referencia en su posición. De la misma forma, el centrocampista Shinji Kagawa podría decirse que fue un fichaje excéntrico, pero el jugador de 21 años ha justificado la decisión de Klopp y se ha consolidado como un gran talento, con siete goles en 14 encuentros de la Bundesliga.

Klopp, nacido en Stuttgart, también es sensible a las innovaciones científicas en el mundo del deporte, y en el descanso señala cuestiones tácticas a sus jugadores con vídeos de la primera parte. Puede que no haya ganado todavía ningún título, pero sus méritos ya le han valido el sobrenombre de 'Der Kaiser' ('El Kaiser'). "Klopp está en su camino hacia el Monte Olimpo", comentó el Zeus del fútbol alemán, Franz Beckenbauer.