El Truck Tour llega a Lisboa

El Truck Tour de la UEFA Europa League aparcó este jueves en el Estádio José Alvalade de Lisboa, y aunque la meteorología no acompañó mucho en la capital portuguesa, los aficionados pudieron disfrutar del evento. 

Ésta era la última parada antes de llegar al Estadio Nacional de Bucarest, donde se disputará la final de la UEFA Europa League el 9 de mayo. Fue una oportunidad para que los aficionados del club local, el Sporting Clube de Portugal, y los 4.000 seguidores del Athletic disfrutaran del acto.

Allí pudieron contemplar las camisetas de los ocho equipos que llegaron a los cuartos de final de la competición, cada una de ellas firmada por un jugador clave del equipo. También se recordó a los dos finalistas del año pasado, el FC Porto y SC Braga, aunque la atracción de la noche fue el adidas Predator Pass Tool.

Esta es una idea que llevó a cabo Bill Shankly en el Liverpool FC. El técnico solía colocar unos círculos con puntuaciones en las paredes del gimnasio. Los jugadores debían disparar a ese círculo y controlar el rebote, para disparar posteriormente a otro círculo diferente que les indicaba el propio Shankly.

Pero la tecnoclogía ha avanzado mucho en los últimos años, y ahora está todo informaticado. Así pues, una luz indica el momento en el que tienen que chutar, para controlar el esférico posteriormente y mandarlo al otro círculo. El objetivo es conseguir el mayor número de puntos en 30 segundos.

Con los aficionados visitantes ataviados con sus bufandas rojiblancas, y la hinchada local orgullosa de acoger el partido de ida de las semifinales, hubo un flujo constante de seguidores en el evento, organizado por la UEFA en conjunción con adidas.

Las camionetas de las televisiones que se congregan fuera de los estadios de la UEFA Europa League y la UEFA Champions League son una vista impresionante una vez que todas las estaciones de televisión han establecido sus oficinas sobre ruedas.

Sin embargo, el Truck Tour de la UEFA Europa League es llamativo y colorido por sí mismo y se aseguraba que encajaba justo al lado de toda esa tecnología costosa que los aficionados quisieron inmortalizar. Además pudieron jugar, ganar premios y sacarse fotos.