Duckadam recuerda su noche de gloria

Que Helmut Duckadam iba a ocupar un lugar de privilegio en la memoria rumana estaba claro tras el triunfo que él gestó en la tanda de penaltis de la Copa de Europa 1985/86 en la final de Sevilla para el FC Steaua Bucureşti.

Tras haber empatado 0-0 con el FC Barcelona en los 120 minutos reglamentarios, el Steaua falló sus dos primeros penaltis, pero terminó ganando 2-0 con el portero Duckadam siendo el héroe para que el club catalán no anotase ninguno de sus cuatro disparos.

"Yo sólo me puse en el lugar del lanzador de penaltis. Fue un juego de lógica. Tras parar el primer penalti a Alexanko me puse en el lugar de los lanzadores y pensé: 'Si el portero ha parado un disparo a la derecha, ¿qué haría yo ahora?' El portero normalmente cambiaría a la izquierda, y por ello fui a la derecha. Y eso se aprecia mejor en el tercer penalti, cuando yo llevaba un pleno seguro que Pichi Alonso tendría como objetivo lanzar a la derecha, porque era lógico que después de atrapar ambas por un lado el tercero debería ir al otro, y él apuntó al mismo poste".

Él tampoco olvida el recibimiento que le brindó su afición al volver a la capital rumana. "Cuando volvimos a casa al día siguiente había más de 15.000 personas esperándonos en el aeropuerto", rememora el meta, que ahora es el presidente del Steaua. "Mucha gente andó muchísimo para vernos y esperarnos. Cuando dejamos el aeropuerto, decenas de miles nos aplaudieron hasta que llegamos al estadio. Fue un ambiente perfecto, algo que sólo ocurre una vez en la vida, o nunca".

Ahora, Duckadam espera que el actual Steaua pueda experimentar algo similar a otra escala en su duelo de vuelta de octavos de final de la UEFA Europa League ante el Chelsea FC. Sin embargo, su mayor objetivo es ganar el título liguero, algo que no ocurre desde la temporada 2005/06. "Nuestro principal meta es ganar el campeonato rumano, porque no lo hemos hecho en años. Es prácticamente el año del Steaua. Conseguir nuestro 24º título y nuestra consistencia como local ha sido clave para ello".

En Europa, jugar en el Estadio Nacional de Bucarest da un aliciente más para el conjunto de Laurenţiu Reghecampf. "No es lo mismo pensar que estás jugando delante de 20.000 espectadores que de 50.000. Y creo que el público significa una contribución enorme para que estemos en octavos de final", aseguró Duckadam. La grada de Bucarest no tendrá influencia en el partido de vuelta del jueves, pero el Steaua puede contar con ellos para seguir creciendo si e que acceden a los cuartos de final.