¿Aires de cambio en el Liverpool con Klopp?
viernes, 23 de octubre de 2015
Resumen del artículo
El debut en Europa del entrenador alemán dirigiendo al Liverpool terminó con el mismo marcador que sus dos anteriores encuentros, empate 1-1, pero Simon Hart analiza las lecciones que dejó el partido.
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"Lo de esta noche no fue una clase magistral pero tampoco fue el peor día de mi vida". Jürgen Klopp dio en el clavo con su resumen de su primer partido en casa como entrenador del Liverpool ese jueves, un empate 1-1 con el Rubin Kazan que dejó al conjunto inglés con tres puntos en el Grupo B.
No fue la victoria que hubiera deseado, ya que el Liverpool no supo aprovechar la ventaja de que el Rubin disputó 54 minutos con diez jugadores. Sin embargo, a pesar del 1-1, la actuación del equipo fue mucho mejor que en el duelo en casa ante el Sion tres semanas antes. UEFA.com analiza las lecciones aprendidas del debut en Anfield del antiguo entrenador del Borussia Dortmund.
'The normal one'
Klopp se describió a sí mismo en su primera rueda de prensa como entrenador del Liverpool como "the normal one", y su introducción en Anfield se adecuó perfectamente a ese apelativo. Aunque sí que hubo banderas en 'the Kop' y los propietarios americanos del club estuvieron en la tribuna, algo bastante extraño, no hubo demasiado espectáculo antes del comienzo para conmemorar su primer partido.
Antes de ese partido salió al terreno de juego a supervisor el calentamiento de su equipo y regresó después del encuentro para saludar a los aficionados de 'the Kop'. Después del partido señaló: "Cuando llegas a un nuevo estadio por primera vez, tienes un regalo. No estoy bastante satisfecho con mi regalo de esta noche pero solo es la primera vez y volveré de nuevo".
Sin varita mágica
La llegada de Klopp ha generado un entusiasmo comprensible en la mitad roja de la ribera del Mersey, pero el alemán necesitará tiempo para reconstruir la confianza en las filas del Liverpool. Mientras un Rubin con diez jugadores se afanaba en defender, hubo en ocasiones una falta de convicción en el ataque del Liverpool, algo quizá lógico para un equipo que solo ha ganado uno de sus últimos once encuentros.
Emre Can, alineado por su compatriota en el centro del campo, marcó el primer gol de la nueva era, mientras que Adam Lallana trabajó muy duro para tratar de que las cosas funcionaran en el último tercio del campo, enlazando con Christian Benteke en la ocasión en la que el belga estrelló el balón en el poste.
"Tuvimos nuestros momentos, mandamos un balón al poste con Christian y tuvimos nuestros momentos, buenas ocasiones que no acabaron en gol. Diría que estoy satisfecho al 98%, en el otro 2% fallamos", afirmó Klopp.
Luz en la delantera
Divock Origi es un delantero joven con mucho potencial sin duda, pero el jugador de 20 años sufrió para imponerse a la delantera del Rubin. Klopp tuvo la mala suerte de perder a Danny Ings por una lesión de ligamentos en su primera sesión de entrenamiento con el alemán y aún está esperando la vuelta de Daniel Sturridge, aunque al menos pudo sacar a Benteke la última media hora.
El belga tiene una presencia que Origi no posee y tuvo ocasiones para ganar el partido, ocasiones que tal vez no hubiera fallado de no haber estado parado el último mes de competición.
Anfield, entonado
En las notas que dio Klopp para este primer partido en casa, el alemán tuvo el siguiente mensaje para los aficionados del Liverpool: "Os pido que tengáis fe en este equipo y creo que juntos podemos conseguir grandes cosas".
Esa unidad estuvo ahí desde el inicio, con Anfield apoyando al carismático técnico alemán, desde que se cantó el 'Winds of Change' de los Scorpions hasta que la grada 'the Kop' ignoró el resultado para cantar el mítico 'You’ll never walk alone'. Fue una cálida bienvenida para el teutón, aunque su estreno en Anfield no fue de ensueño.