El Celta sueña gracias a una mentira piadosa
jueves, 6 de abril de 2017
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Iago Aspas tenía muy claro desde niño que quería triunfar en el Celta, y por ello mintió sobre su edad en unas pruebas de acceso al conjunto celeste. Ahora, más de 20 años después, quiere llevar a los suyos a la final de la Europa League.
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El jueves, el Estadio de Balaídos vivirá una noche especial cuando Celta y Genk se midan en la ida de los cuartos de final de la UEFA Europa League. Y si hay algún jugador que soñaba con este momento, ese es Iago Aspas.
El de Moaña nunca ha ocultado su amor por la camiseta celeste, algo que se remonta a sus primeros años. De hecho, tuvo que hacer una pequeña trampa para entrar en las categorías inferiores del Celta con solo ocho años.
"Sí, mentí sobre mi edad. Cuando llegué aquí, la prueba era para los niños nacidos en el 86, y yo había nacido en el 87, y bueno, lloraba porque pensé que no me dejaban entrenar. Mi tío me dijo que cambiara el año de mi nacimiento, y así fue. Me salió bien, y al poco de llegar a casa nos llamaron", comenta Aspas en exclusiva para UEFA.com.
Ahí comenzó una relación que dura hasta hoy, y que solo tuvo un pequeño paréntesis de dos años, tiempo en el que Aspas probó suerte lejos de su amada Galicia (Liverpool y Sevilla). Pero ni a orillas del Mersey ni del Guadalquivir fue capaz de demostrar todo el fútbol que llevaba dentro, y Vigo le recibió cual hijo pródigo. "La gente me ha tenido en un altar, por decirlo de alguna manera, y siempre me han apoyado al máximo, y han hecho que mi fútbol sea más fácil".
"Siempre he sido muy fan del Celta. He estado unas 20 temporadas en el club. Seguía todos sus partidos cuando estaba en Inglaterra o en Sevilla, deseándole lo mejor. El club fue creciendo en gran medida desde que yo me fui, y estaba deseando volver por no haber podido disfrutar de minutos".
Además, señala que no se arrepiente de haber salido de Vigo en su día. "En su momento creí que era lo mejor para mí, y también para el club por la inyección económica que supuso mi traspaso. Creo que me ha servido, todo en esta vida pasa por algo. Yo creo que me ha servido para ser mejor jugador hoy en día. Entrenaba con grandísimos jugadores como Luis Suárez, Steven Gerrard, Coutinho… Me sirvió para ver la cara B del fútbol", apunta Aspas.
Y esa madurez adquirida la está demostrando en su Celta, donde ha vuelto a sus mejores registros anotadores. Pero no se conforma con el brillo personal, y es consciente que el equipo está ante una oportunidad única de hacer historia. "Creo que la UEL está suponiendo muchísimo. Empezamos bastante bien, con un empate fuera de casa, una victoria en casa… Luego tuvimos un pequeño bache a mediados de la competición, y nos hizo jugarnos todo a una carta en el último partido. El equipo estaba tranquilo y confiado en esa victoria y un resultado del Ajax que nos diera esa clasificación".
Y así fue. Luego llegó un Shakhtar Donetsk con la vitola de favorito, y fue en Ucrania donde el Celta empezó a creer que hacer algo grande en Europa era más que posible. "El partido que más influyó en este equipo fue el partido de vuelta contra el Shakhtar. El equipo se creyó que podía disputarle una eliminatoria a cualquier rival, a cualquier equipo. También se vio ante el Krasnodar que teníamos más poso. Ya no éramos ese equipo tan noble", añade el jugador gallego.
Ahora toca el Genk belga, y Aspas sabe que no será sencillo. "El Genk es un equipo de nuestro estilo, por así decirlo. Va mucho al ataque también. Si ha pasado de grupo, ha pasado dos eliminatorias como nosotros, será por algo. Es un buen equipo. Queremos pasar las máximas rondas posibles. Tenemos un rival duro ahora, pero tenemos esa ilusión de entrar en la historia del club", concluyó Aspas.