Zoltán Gera habla de la final de la Europa League, de Budapest y del camino del Fulham en la 2009/10

Cuando suene el pitido inicial en la final de la Europa League 2023, los recuerdos volverán a la memoria de Zoltán Gera.

El antiguo centrocampista húngaro fue un miembro clave del Fulham que desafió los pronósticos para alcanzar la primera final de la recién rebautizada competición en 2010, marcando seis goles en la victoria del equipo del oeste de Londres sobre equipos de la talla de la Juventus y el Wolfsburgo, antes de caer en la prórroga ante el Atlético de Madrid. Gera, embajador oficial de la final de esta temporada, echa la vista atrás a aquella épica temporada y selecciona los lugares que hay que visitar, y los sabores que hay que paladear, en la ciudad anfitriona.

El Fulham se clasificó para la Europa League al terminar séptimo en la Premier League 2008/09: fue y sigue siendo la mejor clasificación del club en toda su historia. ¿Cuáles eran las ambiciones en Europa?

No había grandes expectativas. Teníamos que jugar desde las primeras rondas y considerábamos los primeros partidos como duelos de preparación. Lo principal era disfrutar de los partidos y dejarnos ver en Europa. A medida que nos acercábamos a la fase de grupos, teníamos más hambre de triunfar. Cuando ganamos [en dieciseisavos de final] al Shakhtar Donetsk, un equipo muy bueno con jugadores brasileños fabulosos y un entrenador excelente, fue un éxito enorme para nosotros. Ansiábamos ganar aún más. Estábamos en la cresta de la ola y disfrutábamos de cada momento.

El Fulham quedó encuadrado en un grupo complicado y necesitaba ganar su último partido a domicilio contra el Basilea para alcanzar la fase de eliminatorias...

Hacía mucho frío en diciembre en Suiza, alrededor de -10ºC. Fue un gran partido contra un gran equipo y el más importante de todos los de la fase de grupos, porque decidía qué club pasaba. La Europa League podría haber terminado para nosotros aquella noche.

Después, el Fulham superó a la Juventus gracias a una de las grandes remontadas europeas de todos los tiempos, recuperándose de una derrota por 3-1 en Italia y ganando por 4-1 en un Craven Cottage repleto a pesar de haber empezado de la peor manera posible.

Fue quizá la mayor victoria para mí, no sólo con el Fulham, sino de toda mi carrera. Fue una situación especial. Perdimos el primer partido por 3-1 en Turín y, de vuelta a casa, la Juventus ganaba 0-1 en el minuto 2. A partir de ese momento, fue realmente difícil para nosotros. Pero teníamos a todo el equipo y a todo el club apoyándonos, y el ambiente que crearon los aficionados fue sencillamente increíble. Así que el partido cambió, empezamos a creer que podíamos ganar de verdad y, más tarde, que tal vez llegar a la siguiente ronda era posible.

Marcaste dos goles aquella noche, incluido el penalti ejecutado con sangre fría que igualó la eliminatoria no mucho después del descanso. ¿Cómo estabas de nervioso cuando se hizo el silencio en el oeste de Londres y te viste delante del balón?

Normalmente no lanzaba penaltis en el Fulham. Danny Murphy era el encargado de lanzarlos, pero esa noche estaba sancionado y Clint Dempsey empezó en el banquillo. Así que cogí el balón y me sentí muy confiado: ya había marcado penaltis antes. Si estás temblando, lo más probable es que falles.

A continuación, el Fulham derrotó al Wolfsburgo en cuartos de final y al Hamburgo en semifinales, eliminatoria que se decidió por su gol en el 2-1 en casa.

El Wolfsburgo era entonces un equipo excepcional, que había ganado la Bundesliga poco antes con Edin Džeko. La verdad es que era muy difícil jugar contra ellos, pero les ganamos 2-1 en casa y marcamos un gol muy pronto fuera para ganar 0-1. En semifinales jugamos bajo una enorme presión, pero ganamos cada vez más confianza, sabiendo que ya habíamos tenido partidos difíciles. Éramos un equipo muy bien organizado y sabíamos que siempre podíamos marcar un par de goles.

Vuestro rival en la final, el Atlético de Madrid, era otro gran equipo, pero se pudo ganar. Solamente un gol de Diego Forlán a cuatro minutos del final de la prórroga cambió todo. ¿Qué recuerdos guardas de aquel día y de aquel partido?

Fue un día muy largo, me lo pasé en la habitación del hotel y el tiempo pasó muy despacio. Teníamos la actitud correcta y no había miedo ni inseguridad por nuestra parte. Por desgracia, nuestros rivales fueron mejores. Sergio Agüero y Diego Forlán eran los dos delanteros del Atlético, lo que dice mucho del equipo. Eran muy fuertes. Jugamos bien y cuando Forlán decidió el partido, ya habíamos empezado a pensar dónde poner el balón durante la tanda de penaltis. Sin embargo, en ese momento, había cansancio físico y mental. En mi caso fue más físico: tenía calambres por todo el cuerpo. Quizá el hecho de que el Atlético pudiera conservar el balón, y nosotros tuviéramos que correr más, fue la diferencia.

¿Es una de tus mejores temporadas?

Por supuesto. El hecho de que pudiera demostrar de lo que era capaz en la Europa League fue un gran éxito para mí. Fue un gran momento en la historia de mi equipo y en mi propia carrera. Antes era un extremo o un centrocampista. Esta fue la temporada en que me convertí en el delantero del equipo, un número 10, lo que elevó mi carrera a otro nivel.

¿Cómo ha cambiado la Europa League en los 13 años transcurridos desde entonces?

Creo que es más emocionante: hay mejores equipos en la competición, sobre todo si nos fijamos en cómo juegan en sus propias ligas. La competición es más intensa cada año y los equipos tienen más jugadores de calidad. Creo que los cambios son evidentes.

Jugaste ocho temporadas en Budapest con el Ferencváros y representaste a Hungría en la ciudad en múltiples ocasiones. ¿Cómo describirías la cultura futbolística de aquí?

Está creciendo, sin duda, porque la selección nacional lo ha hecho muy bien en los últimos seis u ocho años y tenemos este nuevo estadio, el Puskás Aréna. La mayoría de las veces que juega la selección está lleno. Además, el Ferencváros lo ha hecho muy bien en la Europa League. La ciudad y el país aman el fútbol. Esta temporada vi jugar al Ferencváros ante 50.000 aficionados en este estadio, y el ambiente era magnífico.

¿Cómo sugieres a los aficionados que pasen sus horas libres en Budapest?

Tengo muchas recomendaciones y muchos lugares que ver. Si visitas la Plaza de los Héroes encontrarás mucha historia húngara. Y si vas al castillo de la colina de Buda, tendrás una vista de Budapest y aprenderás un poco más sobre la ciudad. También está el Danubio con sus puentes: hay muchos lugares interesantes. No creo que uno o dos días sean suficientes. Se necesitan al menos tres días para ver Budapest y sus alrededores. Creo que todo el que la visita disfruta de la ciudad. Y, en mayo y junio, suele hacer muy buen tiempo.

¿Y qué debe comer y beber todo el mundo mientras hace turismo?

Tienes que probar el estofado húngaro, que llamamos Pörkölt. Y también el gulash y la sopa. Los platos húngaros son un poco pesados, cosa que me gusta, pero puedes probar cosas diferentes como Halászlé, que es una sopa húngara de pescado de los lagos que lleva mucho pimentón. Las tortitas húngaras también están buenas y hay que probar el Túrógombóc, que es como una bola de masa con requesón dentro. Hay buenos vinos tintos y blancos, pero hay que probar el Pálinka, un aguardiente de frutas (melocotón o ciruela). Es bastante fuerte, pero bueno para el estómago antes de comer.