Continuidad contra revolución
sábado, 8 de agosto de 2015
Resumen del artículo
Dos proyectos deportivos se darán cita este martes en Tiflis: los azulgranas, sin cambios en su plantilla tras el reciente 'triplete'; los 'hispalenses', con su enésima reinvención.
Article top media content
Cuerpo del artículo
Un año más España vuelve a mirar desde lo más alto al resto del continente europeo. Será este martes, cuando FC Barcelona y Sevilla FC, vigentes campeones de las dos grandes competiciones de clubes, pugnen en Tiflis por el título de la Supercopa de la UEFA.
Las ediciones de 2006 y 2014 ya vieron a dos conjuntos españoles luchar en lo más alto del fútbol europeo, siempre con presencia 'hispalense'. Los andaluces querrán ahora reeditar la gloria conquistada hace nueve años, cuando Luis Fabiano, Frédéric Kanouté o los jóvenes Dani Alves y Adriano desarbolaron a los azulgranas en Mónaco. Casi una década más tarde, Sevilla y Barcelona llegan en momentos muy distintos de sus respectivos proyectos deportivos.
Una vez más la secretaría técnica del Ramón Sánchez Pizjuán, con Monchi a la cabeza, ha pasado un intenso verano en su intento de completar con éxito su enésima remodelación de plantilla. Y lo ha hecho a lo grande, con el claro objetivo de afrontar con plenas garantías la próxima fase de grupos de la UEFA Champions League. Ya no están Aleix Vidal, Stéphane Mbia o Carlos Bacca entre otros, pero sí Yevhen Konoplyanka, Ciro Immobile, Gaël Kakuta, Michael Krohn-Dehli, Adil Rami o Steven N’Zonzi.
Especialmente delicado será cubrir la cifra de goles que este verano puso rumbo a Milán. Bacca ha sido durante las dos últimas temporadas el estilete perfecto para Unai Emery, el autor de 34 goles en 72 partidos de Liga, la clave en las grandes citas, como demostró en la última final de la UEFA Europa League. Kevin Gameiro e Immobile tendrán el complicado reto de hacer olvidar al colombiano. Konoplyanka también se revela como un factor clave en este aspecto. De su calidad y creatividad dependerán muchas de las opciones ofensivas del equipo.
En lo que sí pueden estar tranquilos los aficionados 'hispalenses' es en la intensidad defensiva, una cualidad inherente a Unai Emery. La zaga parece además haber dado un paso adelante con las llegadas de Rami (un hombre de la confianza del entrenador tras coincidir en Valencia), Sergio Escudero o Mariano Ferreira. Unos metros más adelante Steven N’Zonzi y Grzegorz Krychowiak podrían formar una de las duplas de mediocentros más sólidas del continente.
Donde no hay tantas caras nuevas es en Barcelona. El histórico 'triplete' conquistado la pasada campaña ha traído una etapa de bonanza y tranquilidad deportiva. Sólo han llegado dos jugadores (Arda Turan y Aleix Vidal, que no podrán jugar hasta enero por sanción) y apenas ha habido salidas destacadas más allá de la ya conocida marcha del emblema y capitán Xavi Hernández. La competencia bajo palos, donde André ter Stegen parece dispuesto a luchar por la titularidad de igual a igual con Claudio Bravo, y la 'resurrección' de Thomas Vermaelen son las notas destacadas de una pretemporada azulgrana un tanto huérfana por las ausencias de Lionel Messi y Neymar durante gran parte de ella.
Porque si de algo puede destacar este Barcelona es de un torrente ofensivo al alcance de muy pocos equipos. Lionel Messi y Neymar llegarán muy justos de preparación a la cita de Tiflis tras su participación en la Copa América, aunque su participación parece segura. El que parece llegar a velocidad de crucero es Luis Suárez. Descansado y en plena forma, el charrúa parece la mayor amenaza azulgrana en un duelo de altos vuelos entre dos plantillas construidas un año más para brillar en el firmamento europeo.