Las claves de la gran final
sábado, 1 de julio de 2017
Resumen del artículo
El poderío físico y la determinación germanas, además del planteamiento táctico de su seleccionador, fueron algunas de las claves que explican la derrota del combinado español.
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Después de que los hombres de Stefan Kuntz conquistaran su segundo entorchado del Europeo sub-21, UEFA.com analiza las claves de su triunfo.
Su mejor versión, en el mejor momento
Si las finales duran 90 minutos, no cabe duda de que los germanos se dejaron lo mejor para la gran cita, la más relevante del torneo. Después de unas semifinales muy exigentes en lo físico ante Inglaterra, se pensaba que su energía podía estar bajo mínimos. Nada más lejos de la realidad. Nunca aflojaron.
Esto quedó patente a dos minutos para el final, cuando los alemanes practicaron un fantástico ejercicio de presión alta en el Krakow Stadium que demostró una determinación inquebrantable. "Fuimos superagresivos y no permitimos que España desarrollase su juego", comentó Max Meyer a UEFA.com. "Ya habíamos jugado muy bien ante Inglaterra, pero la primera parte de la final fue fantástica".
Un plan perfecto
El intercambio de golpes marcó los primeros compases, con una España que dominó los primeros compases. Sin embargo, y con el paso de los minutos, los germanos comenzaron a realizar un despliegue físico que permitió ejecutar a la perfección los planes de su seleccionador.
"Teníamos un plan y el equipo lo hizo muy bien", destacó Kuntz, que disfrutó de los frutos de un planteamiento maravillosamente ejecutado. "No fue fácil jugar contra nuestro equipo cuando demuestra tanta valentía y convicción como lo ha hecho".
Calma y tranquilidad
Alemania pareció en todo momento relajada, sin notar la relevancia de la final ni la oportunidad de hacer historia para su país. Sólo hay que ver cuando Marc-Oliver Kempf salió de su propia área para evitar la presión rival en la primera parte. "Les dije que no teníamos nada que perder", comentó Kuntz, cuya mezcla de humor, alegría de vivir y pasión, ha impregnado a su equipo.
Una noche incómoda
España tuvo un arranque brillante que sólo duró cinco minutos. No supo lidiar con el poderío y el empuje de unos alemanes desatados. Hubo destellos individuales de Marco Asensio y Dani Ceballos en la primera parte, pero el combinado nunca encontró su ritmo.
"En la primera parte nos hicieron sufrir, no estuvimos nada cómodos, no nos gustaba lo que estaba pasando", admitió el seleccionador Celades. Hubo momentos en que parecieron confundidos e incluso pudieron encajar algún tanto más de no ser por las buenas intervenciones de Kepa Arrizabalaga.
Estrellas eclipsadas
Esta España tiene talentos maravillosos en el ataque, capaces de decidir el partido por sí solos, como se demostró en los dos 'hat-tricks' anotados en cuatro partidos de camino a la final. No pasó en la gran final. El capitán Gerard Deulofeu tuvo una noche frustrante, pero no fue el único. "Para jugar contra una selección de este nivel hay que hacer muchas cosas bien", dijo Celades.
No fue hasta la segunda parte cuando Saúl Ñíguez probó a Julian Pollersbeck. La mejor ocasión española llegó en el minuto 72, cuando Dani Ceballos enganchó un brillante disparo que rozó el palo germano. En anteriores encuentros ese disparo hubiera acabado en el fondo de la red, pero no fue la noche de la selección española.