Rusia, en lo más alto

Un torneo juvenil es por definición lo más grande que le puede pasar a los talentos del fútbol, y por eso, los ocho equipos que jugaron en Hungría el Campeonato de Europa Femenino sub-19 de la UEFA 2005 salieron con la lección bien aprendida.

Cinco de esos ocho equipos participarán en otro torneo, la Copa Mundial femenina sub-20 de la FIFA 2006. Rusia, como equipo anfitrión, ya estaba clasificada, pero culminó su magnifica preparación con el penalti que anotó ante Francia y que le dio el título de campeón de Europa.

No eran las favoritas en las apuestas iniciales, pero al igual que España en 2004, Rusia mostró su mejor juego y actitud para derrotar a Inglaterra, Alemania y Francia, que anteriormente había derrotado a las chicas de Valentin Grishin 4-0 en la primera jornada. También ayudó tener a una jugadora como Elena Danilova, cuyos nueve goles en la fase final era una marca récord en la competición.

Francia estaba en uno de sus mejores momentos tras alcanzar su tercera final en cuatro años, pero el sueño se disipó cuando perdió en penaltis la final. Jugadoras como Bouhaddi, Elodie Thomis y Louisa Necib ya eran conocidas desde la disputa del Eurocopa femenina de la UEFA 2005, pero estrellas emergentes como Marie-Laure Delie e Inés Dahou, ambas de sólo 17 años, daban esperanzas y optimismo de cara al futuro.

Considerando su dominio en las categorías superiores y su estatus de campeonas del mundo sub-20, Alemania estaba preparada para triunfar en Hungría. Por ello, perder en la semifinal ante Rusia fue considerado como una decepción. Pero Alemania, que goza de talentos femeninos como Célia Okoyino Da Mbabi y Simone Laudehr, puede volver a lo más alto. Y es que en 2004 sufrieron una decepción similar, y al siguiente torneo se proclamaron campeonas mundiales, una hazaña que podrían repetir en Rusia.

Suiza también se ganó un lugar en el Campeonato del Mundo tras derrotar a Inglaterra en el partido de desempate por el quinto puesto. El triunfo ante las inglesas fue una victoria del trabajo bien hecho y del compromiso, así como la capacidad de, entre otras, Vanessa Bürki y Martina Moser.

Inglaterra y Escocia tuvieron la poca fortuna de tener a las favoritas Rusia y Francia encuadradas en su mismo grupo, pero Inglaterra, por un estrecho margen, y Escocia, se clasificaron por delante de las supuestas potencias y se metieron por primera vez en una fase final. La anfitriona Hungría sólo logró un punto en su primera aparición en una fase final, aunque la mejora de Finlandia con respecto a los 12 meses anteriores fue una valiosa lección de cara a la edición del año siguiente.