Jonatan Giráldez, entrenador del Barcelona, sobre llegar a la final de la Women's Champions League

Con sólo 31 años, Jonatan Giráldez ya ha ganado dos títulos de liga y ha llegado a dos finales de la UEFA Women's Champions League en sus dos temporadas al frente del Barcelona, alcanzando casi la perfección tanto en casa como en Europa.

Sólo falta una cosa en la asombrosa lista de éxitos del joven entrenador del Barça: el trofeo que más desea. El año pasado, en la tercera final del Barcelona en cuatro temporadas, pero la primera de Giráldez al frente del equipo (había sido ayudante en el 4-0 contra el Chelsea en 2021), cayó por 3-1 ante el Lyon. Ahora, el sábado en Eindhoven, tratará de lograr el ansiado título ante el Wolfsburgo.

La temporada hasta el momento...

Hemos tenido una racha muy buena. Hemos conseguido lo que nos habíamos propuesto: llegar a la final de la Champions League. El único momento negativo, que al final siempre creo que te acaba ayudando, fue la derrota fuera de casa contra el Bayern. Fue una derrota que nos hizo recapacitar, centrarnos en cosas que creíamos realmente importantes, pero también seguir creciendo como equipo.

¿Qué es lo que más has disfrutado? 

Lo que más nos gusta es competir y lo que más disfrutamos es poder dar alegrías a los aficionados. Los partidos en el Camp Nou han sido muy especiales.

El Barcelona ha llegado a la final cuatro veces en los últimos cinco años. Ésta es la tercera consecutiva para el Barça, y la segunda para ti. ¿Cómo valoras este logro?

Cuando llegué en 2019 [como segundo entrenador] y logramos alcanzar nuestra primera final de la Champions, pudimos ver realmente que estábamos muy lejos del Lyon y de los otros equipos que dominaban Europa. La gran inversión del club, el esfuerzo realizado por todo el personal y las jugadoras... La mejora lograda en las últimas temporadas dice mucho de nuestra consistencia, porque llegar a cuatro finales de la Champions League en los últimos cinco años no es una coincidencia. Merece un gran reconocimiento. Pero no se trata sólo de llegar, sino de ganarla.

¿Cómo ha evolucionado y mejorado el equipo durante tus dos años en el cargo?

La primera temporada fue muy exigente para todos. Tienes que demostrar lo que vales. Quizá en el aspecto futbolístico me sentí más cómodo, debido a mi anterior cargo de segundo entrenador. Sin embargo, cuando te conviertes en entrenador de un equipo, tu responsabilidad se multiplica por diez. Ganar 45 de 47 partidos en mi primera temporada me dio crédito para continuar, para que el club confiara en mí y para que las jugadoras y la gente del club siguieran creyendo.

La principal diferencia esta temporada es que he sido un poco más paciente en cuanto al rendimiento. En particular, la primera parte de la temporada. Sabíamos que se habían producido cambios en la plantilla. Algunas jugadoras importantes se habían marchado, había lesiones, fichajes. Todos necesitábamos tiempo para adaptarnos y, sobre todo, para llegar en la mejor forma posible al final de la temporada. En mi primera temporada había mucha exigencia desde el primer partido, queríamos deslumbrar desde agosto. Este año nos hemos dado un poco más de tiempo y creo que ahora lo estamos haciendo muy bien.

Tras una derrota como la del Barcelona ante el Lyon en la final del pasado curso, ¿cómo se levanta al equipo y se vuelve a empezar?

Es muy fácil: no eludes tu responsabilidad. Te presentas, aceptas cualquier autocrítica. Todas los jugadoras (hayan participado o no), el entrenador, el cuerpo técnico: todos deberíamos preguntarnos qué podemos hacer mejor. Perder significa una nueva experiencia. La derrota te cambia la mentalidad. Necesitas tiempo para curarte las heridas, por supuesto, pero ese periodo debe ir acompañado de reflexión.

Hicimos un verdadero examen de conciencia, en términos de cómo planificar la nueva temporada para seguir ayudando a las jugadoras. Y desde el punto de vista deportivo, mejorar nuestras fases de juego en ataque y en defensa. La paciencia forma parte de la competición y hay momentos en los que tienes que sobrevivir: cuando te presionan en tu área, cuando no puedes recuperar el balón o marcar un gol. Se trata de gestionar mejor la frustración. Para mí, las experiencias de estos grandes partidos y lo que hemos intentado poner en práctica en los entrenamientos nos ayudan a crecer, y ese crecimiento viene acompañado de resultados. Me gusta mucho lo que estoy viendo en el equipo esta temporada.

Esta temporada, el Barça ha disfrutado de una asistencia de público increíble en el Camp Nou. ¿Cómo se explica la conexión del equipo con la afición?

Es muy bonito. Formar parte de eso como entrenador y ver que la gente se siente afectada por lo que hace tu equipo es muy bonito. Hemos llegado a un punto en el que la gente va porque se lo pasa bien. Es nuestra responsabilidad seguir mostrando nuestra mejor forma para que la gente se identifique con lo que ve en el campo. Saber que tienes una masa social fenomenal detrás, saber que tienes un motivo para seguir enamorando, es razón más que suficiente para seguir entrenando con este objetivo: seguir deslumbrando a todos los que nos siguen.

¿Cómo de importante es tener a tu capitana, Alexia Putellas, sana y de nuevo sobre el campo?

Es importante no darle demasiada presión, demasiada responsabilidad. Lo más importante ahora es que recupere la forma que tenía antes de la lesión. Eso requiere tiempo y paciencia. Podemos darle el espacio que necesita para que recupere su mejor forma. Tenerla de vuelta es un gran estímulo. Nos enfrentamos a muchos equipos defensivos que juegan muy atraás, que aparcan el autobús, así que perder a Alexia, nuestra máxima goleadora y directora de juego, era algo que teníamos que compensar. El hecho de que esté de vuelta para el momento más importante es, evidentemente, muy beneficioso.

Alexia, máxima goleadora de la pasada temporada, está de vuelta tras una larga lesiónGetty Images

¿Qué significaría para ti ganar esta final?

Pensar en levantar el trofeo de la Champions League me motiva y me da un subidón de adrenalina, porque como entrenador de fútbol no hay nada más grande que se pueda conseguir. Convertirnos en el mejor equipo de Europa no hace sino reforzar nuestras ganas de hacer las cosas. También da sentido a todos los esfuerzos y sacrificios que haces a diario, como levantarte muy temprano o viajar. Hace que todo merezca la pena.

Sin embargo, no sólo debemos disfrutar de la conquista del título, sino de todo el viaje. Debemos disfrutar del tiempo que pasamos preparándonos para ello. Debemos disfrutar de todo el proceso y vivirlo con la mayor normalidad posible, y evitar cambiar de hábitos. Nos estamos preparando. Si lo ganamos, estoy seguro de que lo celebraremos por todo lo alto.