Análisis Táctico de la Women's Champions League: la garra del Chelsea en defensa
martes, 25 de noviembre de 2025
Resumen del artículo
La observadora técnica de la UEFA Nora Häuptle analiza la organización defensiva del Chelsea, tanto colectiva como individual, frente al Barcelona en la jornada 4 de la Women's Champions League.
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El Barcelona llegó a la jornada 4 con un promedio de 31 disparos y 13,7 tiros a puerta por partido. Pero el disciplinado bloque 1-3-4-1-2 del Chelsea, basado en la concentración zonal y la garra defensiva, lo limitó a ocho disparos. De ellos, solo tres fueron a puerta, lo que supuso una de las actuaciones defensivas más sólidas de la Women's Champions League 2025/26.
"Defendimos muy bien, que creo que es lo que más les cuesta a la mayoría de los equipos contra el Barça", declaró la lateral del Chelsea Lucy Bronze a la UEFA al final del partido. "Creo que todos los equipos tienen puntos débiles y puntos fuertes. Sabíamos que [teníamos que] mantener la posesión del balón durante un rato y atacarles a la espalda. Lo hicimos bastante bien en la primera parte y eso nos dio dos buenas ocasiones en la segunda parte también".
La Observadora Técnica de la UEFA Nora Häuptle profundiza: "El Chelsea se alineó nominalmente en un 1-3-4-1-2, con la clara intención de mantenerse compacto y cerrado, especialmente en su bloque medio. Su esquema de presión fue claramente zonal: evitaron presionar a la portera y, en cambio, dieron prioridad a una fuerte protección central. Los principios clave giraban en torno a mantenerse juntas por dentro, negándose a dejarse arrastrar por el marcaje individual de las rotaciones del Barcelona y sobrecargando constantemente a las jugadoras que se movían entre líneas".
"Este enfoque se aprecia, por ejemplo, en las rotaciones del Barcelona, con Clàudia Pina subiendo y Alexia Putellas bajando hacia la zona de los laterales. La jugadora más cercana del Chelsea respondía por zonas, ya fuera una centrocampista defensiva desplazándose hacia un lado o una central subiendo, lo que impedía al Barcelona acceder a los espacios intermedios. Al imitar la estructura posicional del Barcelona, el Chelsea también se posicionó para lanzar a rápidas transiciones verticales al recuperar el balón".
El plan defensivo del Chelsea
- Presión media en posición zonal
- Dirigir al Barça hacia las bandas para contenerle
- Cerrar los espacios con defensas centrales que se adelantan
- Ventaja numérica para controlar los centros anticipados
- Transiciones verticales rápidas detrás de las laterales
Häuptle añade: "Al observar cómo el Chelsea fue capaz de sincronizar sus movimientos para limitar el avance del Barcelona, el tema central fue la paciencia, respaldada por una buena comunicación y un entendimiento común sobre cómo 'dirigir' al oponente. En varias secuencias, no es la lateral quien salta hacia la defensa del Barcelona, sino la delantera quien cubre esa distancia".
Esto sigue lo que Häuptle denomina el “principio del camino más corto”: si la delantera está más cerca de la lateral, ella presiona; sin embargo, si la lateral sube más arriba, la extremo debe tomar el relevo.
El Chelsea limitó la capacidad del Barcelona para crear sobrecargas en el centro del campo. "En primer lugar, numéricamente", explica Häuptle. "Reflejaron eficazmente el mediocampo del Barcelona, creando enfrentamientos constantes de uno contra uno o tres contra tres que eliminaron a la jugadora libre en la que el Barcelona suele confiar entre líneas. Detrás de eso, las cinco defensas del Chelsea, enfrentadas a la delantera y a las dos extremos del Barcelona, crearon de forma natural dos defensas libres. Esas jugadores libres tenían que permanecer alerta y listas para avanzar cada vez que una centrocampista se liberaba de su rol zonal".
"Aquí es donde la sincronización y la anticipación se volvieron cruciales. Cuando una jugadora como Lucy Bronze se dio cuenta de que alguien se había colado en el espacio intermedio, salió con decisión para cerrar el hueco. Ese movimiento hacia arriba de las laterales, coordinado mediante una comunicación constante, permitió al Chelsea avanzar en los momentos precisos, impidiendo que el Barcelona estableciera las superioridades por el centro que suele explotar".
Defensa individual
- Mentalidad defensiva: garra
- Disposición para correr
- De zona a oposición
- Al penetrar: conseguir agarre en el duelo (longitud del brazo)
- Agilidad para volver a la posición cuando el balón sale de la propia zona
Defensa colectiva
- Comunicación: momento adecuado para pasar una marca a una compañera
- Bloque interior compacto
- Principio del camino más corto
- Transiciones verticales rápidas tras la recuperación del balón
"A lo largo del partido, las cualidades defensivas del Chelsea se definieron sobre todo por su mentalidad. Sus jugadoras mostraron una actitud colectiva basada en la determinación, el trabajo constante por el equipo y la voluntad de cubrir distancias repetidas a alta intensidad sin concesiones. La comunicación fue excelente, lo que garantizó que, incluso dentro de una estructura zonal, nunca perdieran la cohesión".
Häuptle destaca que, más allá de la estructura, lo importante es ganar los duelos. La defensa zonal a veces puede suponer un riesgo de falta de sujeción, pero el Chelsea demostró constantemente garra: la agresividad y la competitividad necesarias para enfrentarse y ganar los duelos individuales una vez que entraban en juego. "Se enganchaban, doblaban en los momentos adecuados y mantenían el contacto cuando lo tenían que hacer. En última instancia, el atributo que definió el rendimiento defensivo del Chelsea fue esta mentalidad colectiva, que sustentó cada acción y dio a su estructura una ventaja real".
Nora Häuptle, exjugadora internacional suiza con experiencia tanto en Suiza como en los Países Bajos, ha sido entrenadora en su país natal, así como en Alemania y Ghana, y ahora es la seleccionadora nacional femenina de Zambia.
Enfoque del entrenador: Joe Montemurro sobre la preparación para los partidos importantes
Preparar a un equipo para partidos de alto nivel, ya sea en competiciones nacionales o en fases eliminatorias europeas, requiere un equilibrio entre metodología, claridad y perspicacia psicológica. Como explica Joe Montemurro: "[El primer reto es] comprender el intervalo entre partidos, porque eso es lo que, en última instancia, determina el tiempo disponible para prepararse. A partir de ahí, la tarea consiste en filtrar la información y el análisis en tres o cuatro puntos clave que presenten soluciones claras contra el rival".
"El factor determinante es la solidez de la metodología y el modelo de juego del equipo. Estos dos elementos, la filosofía y el modelo, son como pólizas de seguro". De este modo, proporcionan a los jugadores un marco coherente sobre cómo el equipo aborda el partido. "Es importante cubrir algunos escenarios, como quedarse con un jugador menos al principio del partido, y tener soluciones para gestionar estos momentos".
"La presión suele ser mayor cuando se produce una situación inesperada. Pero el fútbol tiene una forma de provocar estos momentos inesperados".
El enfoque psicológico sigue la misma lógica. "La presión suele ser mayor cuando se produce una situación inesperada. Pero el fútbol tiene una forma de presentar estos momentos inesperados. Es importante que las jugadoras puedan confiar las unas en las otras en estos momentos y que haya confianza en que se pueda corregir un error si se produce. Simular momentos de partido en el campo de entrenamiento en los que las cosas pueden salir mal, por ejemplo, una situación de 11 contra 10, es la forma de que las jugadoras se sientan seguras".
"Es importante no sobrecargar de información y, una vez más, es fundamental contar con un plan de juego, como por ejemplo mantener la posesión del balón durante los primeros cinco minutos para ganar confianza. También me gusta transmitir el mensaje de que la presión que sienten las jugadoras es un privilegio de estar en la máxima categoría, compitiendo contra las mejores jugadoras y equipos. Es importante que el equipo adopte esta actitud", afirma Montemurro.
Otro reto surge a la hora de gestionar a toda la plantilla, no solo a las titulares. "El mayor reto es gestionar a las jugadores que no están en el once inicial y su importancia para el equipo", explica. Las que no son seleccionadas deben comprender su papel antes y durante el partido, y estar preparadas para cualquier decisión que tome el entrenador. Las mejores jugadoras, señala, están preparadas para ayudar al equipo en cualquier circunstancia: sean titulares o no, siempre están preparadas".
Igualmente fundamental es la coherencia de los mensajes del cuerpo técnico en los días previos a los partidos importantes. "El grupo de jugadoras siempre busca que el cuerpo técnico les transmita un mensaje positivo y común que les reafirme en que vamos por el buen camino. Por último, si los mensajes son claros y transmiten confianza, dejando margen para que la jugadora sea creativa y altruista, se transmite claridad y confianza para avanzar juntas", concluye Montemurro.
Joe Montemurro es el entrenador de las 'Matildas', la selección femenina de Australia. Cuenta con una amplia experiencia en la UEFA Women's Champions League, tras haber entrenado al Arsenal, la Juventus y el OL Lyonnes.