Angelos Charisteas sobre el asombroso triunfo de Grecia en la EURO 2004

Cuando Grecia se impuso a la anfitriona Portugal por 2-0 en el partido inaugural de la UEFA EURO 2004 pareció un pequeño milagro, dado lo poco que se esperaba del combinado de Otto Rehhagel.

Sin embargo, tras superar la fase de grupos por poco, Grecia dio la campanada eliminando a Francia, vigente campeona, y superando a Chequia en la prórroga de las semifinales. Portugal estaba preparada para cobrarse su revancha en el partido decisivo en Lisboa, pero Charisteas iba a sellar la que quizás sea la victoria griega más importante de todas.

Sobre las aspiraciones de Grecia en la fase final

Nos enfrentábamos a los anfitriones en nuestro primer partido, y teníamos a España en nuestro grupo. Nadie esperaba (nosotros incluidos) que pasáramos de la primera ronda.

Ganamos el primer partido, y lo hicimos a lo grande. Jugamos bien al fútbol y marcamos dos goles preciosos. Fue entonces cuando los griegos empezaron a creer. Demostramos que éramos unos aspirantes serios, que íbamos allí a conseguir algo, y que no estábamos allí de vacaciones.

El seleccionador Otto Rehhagel fue uno de los factores más importantes de nuestro éxito. Otto consiguió sacar el 100% de cada uno de nosotros. Nuestro sistema era el "ataque económico", es decir, siempre queríamos centrarnos en nuestra defensa y, cuando teníamos la oportunidad, contraatacar a nuestros rivales.

Sobre cuando Grecia comenzó a creer

En casa, todo el mundo decía que habíamos logrado nuestro objetivo al superar la fase de grupos de la EURO. Jugamos contra el mejor rival del mundo en aquel momento. Francia tenía en sus filas a jugadores como Zinédine Zidane y Thierry Henry.

Nuestro mejor partido en la EURO 2004 fue contra Francia. Nos enfrentamos al mejor combinado del torneo, y demostramos que, ganando a Francia, teníamos la vista puesta en la final.

Sobre la final

Sabíamos que ganar nuestro primer partido contra los lusos era una sorpresa inesperada para Portugal y para todo el país. Contábamos con que, a medida que pasara el tiempo y el marcador no se moviera, los jugadores portugueses en el campo y todo el país empezarían a sentirse ansiosos, empezarían a recordar el primer partido que jugaron contra nosotros. A medida que pasaba el tiempo, vimos los nervios de Portugal y fue entonces cuando golpeamos.

Giourkas Seitaridis obtuvo un córner por la derecha. Cuando subimos al área para tomar posiciones, todos pensábamos lo mismo: que era nuestra oportunidad. Aquí tengo que compartir algo muy personal. Desde los ocho años soñaba con marcar un gol importante para mi selección, para que mis padres y mi país se sintieran orgullosos. Incluso hoy me emociono cuando pienso en ello. Mi sueño de la infancia se había hecho realidad. Nunca olvidaré este momento.

Sobre las celebraciones tras el pitido final

No podíamos comprender lo que acabábamos de hacer, lo que habíamos conseguido. Nos tiramos al suelo y lloramos de alegría. Vimos a los aficionados en las gradas gritando y llorando de alegría y orgullo.

La fiesta duró mucho tiempo, muchos días. Cuando llegamos a Atenas, cogimos un autobús y el viaje duró cinco o seis horas: millones de personas en las calles, se podía ver la alegría griega en los ojos de la gente. Fue lo mejor que puede vivir un futbolista y estoy feliz de haber podido formar parte de ello.