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España - Inglaterra 2-1: análisis de la final de la UEFA EURO 2024

Los equipos de observadores técnicos de la UEFA analizan la final, destacando el éxito inicial de Inglaterra, que impidió a España hacer su propio juego, y cómo La Roja se sobrepuso.

Dani Olmo y Fabián Ruiz, claves en la remontada española
Dani Olmo y Fabián Ruiz, claves en la remontada española Getty Images

La capacidad de España para jugar por dentro fue clave para su triunfo en la final de la UEFA EURO 2024, pero tuvo que esperar hasta la segunda parte para lograrlo.

La unidad de análisis de rendimiento de la UEFA ha analizado los datos de la final y subraya tanto el éxito de Inglaterra a la hora de evitar que España jugase por dentro durante una primera parte sin goles como la impresionante respuesta del equipo de Luis de la Fuente en el segundo periodo.

La captura de pantalla de arriba muestra cómo los centrocampistas ingleses se enfrentaron hombre por hombre a sus homólogos españoles en la primera parte, empezando por Phil Foden, que marca a Rodri. Como se puede apreciar, Inglaterra tiene una forma compacta con poco espacio entre su centro del campo y su defensa.

Esto cambió en la segunda parte, como señaló el panel de observadores técnicos de la UEFA en su análisis posterior a la final del domingo.

Si nos fijamos en la dirección de los pases de ruptura de líneas de los delanteros españoles, vemos que en el primer periodo les resultó difícil progresar por las zonas centrales; en su lugar, observamos una gran concentración de balones por la banda izquierda. Rodri, por ejemplo, sólo realizó un pase de ruptura de líneas en sus 45 minutos sobre el terreno de juego.

El hecho de que Nico Williams, con siete, fuera el receptor de más pases de ruptura de línea para España en la primera parte subraya este patrón.

De hecho, si nos fijamos en el gráfico anterior, si incluimos los pases recibidos por Marc Cucurella, 11 de los 18 pases exitosos para romper líneas antes del descanso fueron para la pareja de laterales izquierdos de España. En cambio, Dani Olmo, en el centro, sólo recibió uno.

Según el panel de observadores técnicos de la UEFA "España tenía un 4-3-3 con la misma disposición de jugadores en el centro del campo que Inglaterra, y los jugadores ingleses seguían allí por donde iban a los centrocampistas españoles. Defensivamente, Inglaterra hizo un buen trabajo en la primera parte porque España no creó nada".

Los datos de la presión apoyan esta opinión, ya que en la primera parte, Inglaterra realizó 31 presiones y obligó a España a retroceder en su juego 11 veces, un alto porcentaje de éxito. Aunque España se aferró al balón, sólo en cinco ocasiones logró superar la presión.

Todo cambió tras la reanudación, y uno de los factores clave fue la modificación de la disposición de España en el centro del campo. Mientras que antes del descanso había un 1+2 en el centro del campo, con Rodri más adelantado que Fabián Ruiz y Dani Olmo, Fabián Ruiz retrocedió junto al sustituto de Rodri, Martín Zubimendi, para formar un 2+1. E Inglaterra tuvo dificultades para adaptarse.

A Inglaterra le costó ajustarse en consecuencia, y en la captura de pantalla de arriba se ve a sus centrocampistas presionando al dúo más profundo formado por Zubimendi y Fabián Ruiz, pero Dani Olmo libre de marca y con espacio para recibir del guardameta Unai Simón.

Así, en el gráfico anterior vemos ahora una mayor dispersión de los pases de ruptura de líneas por todo el campo. En la segunda parte, España pudo encontrar a Álvaro Morata y Olmo al espacia, así como a Dani Carvajal y Lamine Yamal en la derecha.

En el caso de Morata, como muestra el gráfico final, recibió el doble de pases de ruptura de líneas (seis) en sus 23 minutos sobre el terreno de juego en la segunda parte que en todo el primer periodo. Olmo, por su parte, recibió cinco pases -frente a sólo uno antes del descanso-, ya que ahora España era capaz de encontrarle en los espacios.

La presión inglesa perdió eficacia a medida que los ingleses se cansaban, en parte como consecuencia de su incapacidad para hacerse con el balón y retenerlo durante largos periodos de tiempo. Así lo reflejó el propio Gareth Southgate: "La clave fue la posesión del balón, y no tuvimos suficiente control".

Los datos de presión también ponen de manifiesto el cambio: en las 30 ocasiones en las que Inglaterra presionó en la segunda parte, España superó la presión en 11 ocasiones. Este cambio se reflejó en el peligro español. Después de tres ocasiones antes del descanso, creó 11 en el segundo periodo y cinco de sus seis disparos a puerta, incluidos -de manera crucial- los dos goles que le dieron su cuarto título europeo.

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