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La selección pierde su cerrojo

Kike Boned ha anunciado que no jugará más con el combinado nacional español. Con dos Mundiales y cinco Eurocopas en su palmarés, se marcha todo un estandarte del fútbol sala.

Kike celebra la clasificación de España para la final del último Mundial de Tailandia
Kike celebra la clasificación de España para la final del último Mundial de Tailandia ©Sportsfile

La selección española de fútbol sala cayó el fin de semana pasado en la final de la Copa Mundial de la FIFA de Fútbol Sala. El 3-2 de Neto en la prórroga dio a Brasil su quinto título y dejó a los de Venancio López a las puertas de la gloria. Más allá de la amargura de la derrota, el choque en Tailandia dejó un doloroso adiós, el del capitán Kike Boned, que a los 34 años ha decidido poner fin a su carrera internacional.

"Quería hacer público y oficial que pongo fin a mi carrera en la selección española. Ha llegado el momento. Era una noticia esperada por lo que no creo que sorprenda a nadie. Sin traumas y de una forma natural. Lo que empieza tiene un final y desde aquí desearle a la nueva generación toda la suerte del mundo y estoy convencido que lo harán mucho mejor que nosotros", comentó el cierre en un acto rodeado de los suyos y tras 180 partidos con el combinado nacional.

Sin alardes, sin filigranas, de manera sobria y natural, como era su fútbol. Así puso fin a una brillante trayectoria plagada de triunfos, tantos colectivos como individuales. Y es que son pocos los deportistas que pueden presumir de dos Copas Mundiales (2000 y 2004) y cinco Eurocopas de Fútbol Sala de la UEFA (2001, 2005, 2007, 2010 y 2012) en su palmarés. Si a eso le sumamos cuatro ligas, tres Copas de España y otras tantas Supercopas de España con su club, el Murcia FS, el resultado es un currículum espectacular. A la altura del de Luis Amado, que también dijo adiós a la selección hace un par de meses.

"Hubiese sido más bonito acabar con la tercera estrella, pero las cosas hay que aceptarlas. La derrota y la victoria también forman parte del deporte", continuó Kike en un alarde de espíritu deportivo. Y es que más allá de los galardones que adornan su solapa, Kike ha sido un ejemplo. Su carácter competitivo, deportividad, su respeto en la victoria y su elegancia en la derrota han marcado un camino a seguir por las futuras generaciones, que siempre tendrán en mente el referente de Kike, elegido mejor jugador del mundo de fútbol sala del año 2009.

"Quiero agradecer a todos mis compañeros durante estos quince años y a toda la gente que me ha ayudado en estos años y han hecho posible esta carrera, de la que me siento feliz y orgulloso. A Javier Lozano que me dio al oportunidad y confió en mi cuando era un chaval, y con el que tengo una magnifica relación y también a José Venancio López que también continuó esa confianza en mi, sobre todo en la última época y me ha dado la oportunidad de jugar un último Mundial", dijo en un claro gesto de gratitud.

Pero no todo está perdido para aquellos que no hayan tenido la ocasión de ver competir a Kike dentro del 40x20. Y es que el nombrado mejor cierre de la Liga Nacional de Fútbol Sala (LNFS) en seis ocasiones seguirá defendiendo los colores de su equipo del alma, el Murcia FS. "Seguiré luchando mientras pueda, sigo siendo jugador, ahora entreno y el sábado disputo un partido. Y si otro día tengo otro lugar desde donde luchar intentando que nuestro deporte mejore, lo haré sin duda". Lo dicho, aprovechen estos seis meses para ver jugar a toda una leyenda del fútbol sala. Podría ser la última vez.

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